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¡QUÉ HERMOSA PELÍCULA CHE...¡

¡QUÉ HERMOSA PELÍCULA CHE...¡ Arleen Rodríguez Derivet
2004-06-16



"Diarios en motocicleta", la película sobre el Che Guevara que produjo el norteamericano Robert Redford, dirigió el brasileño Walter Salles y protagonizan el mexicano Gael García Bernal, el argentino Rodrigo de la Serna y una larga lista de suramericanos de origen diverso, ha tocado el corazón de los cubanos.



El estreno público fue en Santa Clara, conocida como la ciudad cubana del Che, el mismo día (14 de junio) de su 76 cumpleaños. Según la prensa asistente, la cinta fue recibida con una "marea de devoción y respeto y una estremecedora ovación."



Algo similar ocurrió la noche siguiente, primero entre los cinco mil o más espectadores reunidos en el megateatro Karl Marx y media hora más tarde entre los invitados al cine Chaplin, la mayoría artistas e intelectuales que, puestos de pie, ovacionaron a los realizadores durante varios minutos.



En el elogio de la presentación, Enrique Ubieta, director de la Cinemateca de Cuba definió la película de Salles como "un geunino acontecimiento cultural" y anunció que las escasas copias disponibles podrán verse en el céntrico cine Yara de la capital y progresivamente en salas del interior del país. "Es (el filme) un viaje que yo recomiendo especialmente a los jóvenes de cualquier edad. Un viaje para el reencuentro de identidades y filiaciones".



Minutos antes habían hablado al público el director, los actores principales y Alberto Granado y Aleida Guevara, hija del Che. De los cinco breves discursos, honestos y conmovedores como la vida misma del Che, brotó una suerte de mágica y suave imantación. El resto lo pusieron el arte y algunos textos inolvidables, como el brindis del Che por su cumpleaños en un leprosorio peruano, donde advierte el absurdo de separar en nacionalidades a los que nacemos al sur del Rio Grande o las palabras del niño cuzqueño que distingue las piedras de los templos incas de las otras, esas que luego pusieron "los incapaces" conquistadores.



La mayoría de los espectadores conocemos el libro que inspiró la película y sabemos que no hay sobresaltos en la historia, cuyos derechos Redford pidió a la familia Guevara. Conocemos de los tres años que pasó Salles imaginando su película y hasta del cambio que operó en los jóvenes intérpretes el acercamiento a un trozo de esta historia de dos jóvenes argentinos en busca de su América.



Todo estaba adelantado...y sin embargo la obra de arte hizo el milagro de la emoción racional. Como si otra vez comenzara el ICAIC y allí en el Chaplin sonara su Grupo de Experimentación Sonora. Como si esperáramos expectantes el Noticiero Latinoamericano de Santiago Álvarez y una película cubana que promete ser un clásico en la historia del cine contemporáneo.



Como si nada hubiese cambiado, a pesar de cambiar tanto, en todo el tiempo que va desde la ruta del Che y Granado hasta la de Gael y Rodrigo. Como si despertáramos de nuevo a la necesidad de un cine que nos sacuda, nos estremezca y nos diga que la suerte de América Latina es la misma o peor que hace cinco décadas.

"Qué hermosa película Che", dice con ánimo de batalla una amiga argentina que asiste al estreno y resume en su expresión el talante a la vez feliz e inconforme de los que aplaudieron el filme hasta dolerle las manos.

Esta película es el monumento hermoso que hace tiempo merecía el Che. Y no podía ser sino obra de un montón de apasionados artistas latinoamericanos, devolviéndonos a la reflexión desde el dolor de una realidad tan profundamente dura y tan sensiblemente nuestra como la mirada de la gente común que sigue esperando justicia desde todas fotos tomadas ahora mismo por Walter Salles, aunque parezcan hechas por los viajeros de hace 51 años.

1 comentario

Eunice -

Qué lindo artículo sobre una igualmente linda película.